martes, 30 de julio de 2013

Capitulo 13~

Eran las tres de la madrugada, y yo no tenía sueño en lo absoluto. Y aunque estaba en una cama que según Carlisle era mía, me sentía extraña. Nadie me quería explicar nada. Solo estaba yo, con teorías torcidas...

Ya recordaba lo que les había sucedido a mis padres, pero aun así sabia que eso era el principio de todo. Además, parecía que había sucedido hace ya una eternidad. Todo había cambiado. La ropa había cambiado, el habla había cambiado, la moda había cambiado, yo había cambiado.

No podía recordar nada concreto, solo un par de cosas sin conexión entre sí; una pelirroja abalanzándose sobre mi salvajemente, el crujido de el despedazamiento de mis padres, Edward...

¿Que habia sucedido con Edward?

Entonces lo recordé. Antes de que todo se tornara borroso. Mi cumpleaños, aquellos hombres sin rostro, Esme y Carlise, Edward.

"Si es así, ¿Porqué me la obsequias?"
"No sé... Supongo que porque es algo importante, y tu eres importante"


Aquel recuerdo solo me confundió mas y provoco que muchas preguntas mas se desencadenaran velozmente. Nunca me había sentido tan ansiosa de la verdad.
Me puse de pie, recibiendo un mareo instantáneo. Cerré los ojos y cuando terminó escuadriñé la habitación en busca de alguna carta, en la cual dijera en que fecha estaba. No encontré ni un rastro de una carta. Sólo artefactos extraños, que se iluminaban al tocar unos diminutos botones. Así que ajuste mi bata de seda blanca- algunas cosas no habían cambiado- y después de buscar extraña, una salida, camine hacia la nada.

No pude evitar tragar saliva al ver todo. Era tan... diferente. En un segundo me había sentido tonta e insuficiente. Unas risas lograron sacarme de mis cavilaciones y me obligaron a buscar de donde provenían. Por lo cual camine hasta encontrar a dos chicos tumbados en el suelo alrededor de una fogata, irremediablemente ebrios y perdidos.
Percibí el olor a alcohol en sus intestinos mientras los observaba asechante. Uno de ellos,me sonrió tontamente y a duras penas logro pararse.

-Hola- dijo con una sonrisa asquerosa plasmada en su rostro, mientras se acercaba más.- Rick, mira- le hablo a su amigo. Él otro abrió los ojos lentamente, e imito la sonrisa de su amigo.

-Maldita sea... después de todo la suerte si esta de nuestro lado- su aliento a cigarro, mezclado con alcohol barato choco en mi rostro, creando un sentimiento desagradable, y, de alguna forma, encendiendo mi sangre. -Y yo que creí que no iba a follar- soltó una carcajada ronca, y entonces, ambos rieron.

Era todo.

Sonreí placenteramente, entonces me acerque a él, mientras escuchaba las palabras desagradables del otro. Roce mis labios con su cuello, casi gozándolo. Podía sentir el paso de la sangre por sus venas; lenta y deliciosamente. Él río patéticamente e intento posar su mano en mi pierna, pero perfore su cuello antes de que el actuara. Realmente saboreaba aquello, incluso el sabor metálico de la sangre me resultaba excelente, adictivo.
Arroje al chico contra un árbol cuando ya lo había drenado completamente, experimentando la energía correr por mi cuerpo rápidamente, y con la sed incrementándose más y más. 
El otro chico me miraba atónito, era claro que ya no se encontraba tan ebrio. Le sonreí ampliamente, sabiendo que la sangre de su amigo corría por mi barbilla hasta manchar mis dorados cabellos. Él libero un pequeño grito, tiritando notoriamente.

-No te atrevas a correr, seria demasiado estúpido.- Me lamí los restos de sangre, con toda intención. Entonces, se echó a correr.

No pude evitar mirarlo como un reto. Porque para entonces, ya lo era.

Corrí velozmente. No me tomó nada alcanzarlo y secarlo igual que su amigo. Así que, cuando termine arrastré ambos cuerpos con facilidad, y los arrojé sobre la ardiente fogata. Y presencié como se desbarataban de a poco.

E irónicamente fue solo entonces que me relajé, y me formulé la pregunta más obvia.

¿Qué era?












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