jueves, 5 de mayo de 2011

Cap.1 Effie arlette Madness and Sweet Revenge*

El comienzo de mi vida. O por lo menos, asi me gusta decirle...                           


Había regalos por todos lados, la casa estaba iluminada y mis padres estaban más contentos que nunca. Incluso los vecinos Carlise, Esme y su hijo adoptivo Edward, todo era perfecto. La música resonaba por toda la habitación al igual que los chistes de mi padre y las risas de los demás.

Tome el último regalo, una caja plateada,realmente bonita  " Edward Anthony Masen Cullen" indicaba el bolígrafo dorado remarcado dentro de la caja, parecía una reliquia.
Lo tome con ambas manos y le sonreí el me imito y me dedico una amplia sonrisa.

Después de unas horas la gente seguía bebiendo y celebrando mi "cumpleaños número 18" tuve que tomarme un descanso fuera de la casa depués de tener que lidiar con algunos hombres que habían bebido mas de lo debido.
Estando afuera y trayendo la caja conmigo me senté lentamente sobre una de las sillas doradas que constituían mi porche, tuve que sostenerme el vestido para que no se arrugara, ya que era enorme, como se acostumbraba.

-Es bonita ¿verdad?- Edward me miraba detenidamente mientras una sonrisa tiraba de sus labios, se refería a la caja

-Es hermosa, gracias- sonreí pasando la yema de los dedos por la plata

Edward inclino un poco su cabeza y no objeto nada por un largo tiempo provocando que mis mejillas se tornaran rosadas, no pude evitar mirarlo también, su piel siempre fue algo que admire y me parecía fuera de la realidad, una piel tan perfecta y  blanca como la nieve, solo había tres personas que conocía que tenían esa piel, Carlisle, Esme y el.
Examiné su traje, increíblemente impecable y sin rastro de arrugas, su pelo era un poco despeinado pero con un toque de elegancia, algo que solo podía tener él.

-Era de mi madre- confesó refiriéndose a la caja

-¿En serio?- pregunte cayendo en cuenta que tan importante era, y que él nunca había hablado de su madre.

-Si- asintió- La mando a hacer para mi es por eso que tiene mi nombre grabado, siempre que la veo no dejo de pensar que es bonita.-

-Lo es- dije mirándola también pero tuve que mirarlo de nuevo- Si es así ¿Porque me la obsequias?- pregunté-

-No se..- me miro por unos segundos y depués miro hacia la nada- Supongo porque es algo importante, y tu eres importante- soltó provocando que mi corazón comenzara a palpitar más rápido de lo normal. Si deseaba ponerme nerviosa, lo había logrado.

-Gracias-reí nerviosamente

-Ya dijiste eso- río también 

-Lo se es solo que- comencé a buscar palabras pero estaba demasiado nerviosa- No lo se, gracias- dije de nuevo y ambos reímos.

Cuando me di cuenta que su mirada era realmente atractiva y que ahí, bajo la luz de la luna por extremandamente tonto que se escuchara se veía aun más guapo, noté como los dos estábamos a una cercanía peligrosa, su palma acariciaba mi mejilla y yo podía sentir el choque de su espiración tranquila chocar con mi rostro. Él me miro por un minuto, el minuto más largo de mi vida esperando a que aceptara. Con un movimiento nervioso asentí y cerré los ojos por instinto y pasó.

Toco mis labios y al instante todo pareció no importar, aprender una serie de cosas en unos segundos, lo que parecía poco ahora era mucho y lo que era mayor ahora era invisible, si mente y mi estomago rodaban con insistencia y tiraban todos los posibles problemas al olvido. Edward con su mano busco la mía y la tomo dulcemente para después apartarse.

Ambos sonreímos sin pensar en nada más-Será un honor pedirle a tu padre ser tu pareja- sonrió despreocupado 

También reí -Creo que ahora no es el mejor momento, esta junto con sus amigos - Recordé entonces, que había una fiesta.

Él negó ladeando la cabeza- Ya se han ido todos hace como cinco minutos- Afirmó con seguridad- Dentro solo se encuentran Carlise, Esme y tus padres

-¿Como lo sabes?- me resulto gracioso que estuviera tan seguro de ello

-Solo lo se- tomo mi mano de nuevo 

Me puse de pie cuando percibi unos ruidosos golpes que provenian de mi casa, se escuhaba como si alguien que estaba ahí hubiera comenzado a aventar todos los muebles, Miré a edward aterrada y en una fraccion de segundo estaba a mi lado.

-Vamos -me indico tomándome del brazo con sumo cuidado

Entramos en la casa. Unos hombres increíblemente pálidos y de capas negras sostenian a mis padres por ambas manos, camine hacia ellos sin tener idea de que hacer o que decir. Edward me sostuvo del hombro y trate de zafarme pero no pude,hasta que me rendí, observe a Carlisle y a Esme para asegurarme que estaban tan confusos como yo, pero no era así, Carlisle hablaba con el hombre de pelo largo y obscuro como si abogara por algo. No entendía nada.

-Lo siento Carlisle, pero ellos lo saben y tu más que nadie sabes que estrictos somos en esto- señalo burlón -Hemos salido del castillo, así que no hay nada que hacer- Terminó de decir como si estuviera disculpando se, aunque era más que claro que lo estaba gozando.

pero ¿Saber que? ¿Estrictos en que?

Los hombres tomaron con más fuerza a mis padres y los arrojaron a un carruaje.Traté de acercarme más pero Edward ahora me había encerrado en un cuarto cercano de mi propia casa. Todo era una locura y Edward pertenecía,estaba enormemente loco. Espere impaciente unos segundos hasta que estuve segura que no se escuchaba ningún sonido.Empuje con fuerza la puerta por si estaría cerrada con algún seguro pero no, estaba sin cerradura por lo cual caí al piso,me levante horrorizada al ver a Carlisle Edward & Esme en el suelo inconscientes, pero no me detuve, cualquier segundo desperdiciado podría ser fatal.

Corrí fuera de la casa procurando no tropezarme por el vestido y divise el carruaje, con un enorme esfuerzo me monté en el y esperé pero sin quererlo quede profundamente dormida. Cuando me desperté estábamos en una enorme ciudad,Volterra. Carlisle nos había mostrado algunos retratos de cuando vivió una temporada ahí. Después entramos en un enorme castillo, de enormes y amplias salas, seguro y aun no habían notado mi presencia, de no ser así me tendrían como a mis padres.

A hurtadillas entre en la sala más grande de todas, en la cual había enormes sillas como las de  la monarquía, era un desperdicio que haya conocido un lugar así en situaciones como esas. No tuve que esperar mucho para averiguar lo que trataban de hacer, ya que después de tirar a mis padres sobre el piso y que recitaran unas palabras en un idioma desconocido para mi, tiraron de sus extremidades despiadadamente.

Corrí fuera del castillo sintiendo que era necesario mientras sentía como las lágrimas habían comenzado a caer incesablemente. Quería respuestas, y las tendría.No comprendía nada pero la furia y la desaparición habían comenzado,no había parado de correr peor tenía los nudillos apretados y la mandíbula igual. Era una serie de sentimientos que comenzaron a golpearme en mi mente. Cuando me di cuenta ya me había alejado bastante y no conocía nada de esa ciudad. Me encontraba en un bosque y si tenía suerte saldría de ahí sana, pero en ese momento no me interesaba en absoluto. 

Estaba a punto de dejarme caer sobre la hierba por el cansancio, pero me vi obligada a mirar a mi alrededor al sentir una presencia a mi alrededor. La mente me estaría jugando una mala pasada, o sería uno de los hombres que no había concluido con la muerte de mi familia y tenía que matarme por igual. Pero no fue así, camine de nuevo ignorando mis pies, buscando una salida pero solté un grito al sentir como perforaban mi cuello, no podía ver bien, todo había comenzado a tornarse borroso y obscuro y las rodillas habían comenzado a fallarme, fui cayendo al piso sin tener fuerza para mantenerme en pie, con la mano derecha trata de arrancarme a quien fuese que estaba chupando mi cuello, a decir verdad, sentía como se me consumía la vida.

Jale con las pocas fuerzas que me quedaba pero la mujer insistente no se detenía, parecía imposible lo que estaban mirando, tiré de nuevo deseando que la rojiza dejara de hacerme daño peor no lo hizo, deje de sentir dolor, ya no podía percibir nada.

Desperté confundida, totalmente aturdida, todo se veía de una manera diferente, mucho más clara y perfecta. Trate de pararme y con esfuerzos lo hice, me dolía como nunca había conocido el dolor antes, y al recordar a mis padres me dolió aun más. Mis emociones comenzaron a juntarse en mi cabeza, pero fueron ignoradas por un enorme ardo que comenzaba a nacer en mi garganta.

Casi sin pensar estaba fuera del bosque,al costado del castillo y recordé que quería respuestas. En un impulso me abalance sobre una mujer que caminaba por un lado mio. Busqué su cuello e hice lo que me parecía imposible pero ahora me resultaba tan placentero, no tenía idea siquiera de donde ni como lo había hecho pero me había saciado, pero supe que era solo por el momento.

Esa idea me asusto, ¿Que había hecho? ¿Como había sido posible? Y más haya de eso ¿Que era?

Eran demasiadas preguntas, pero sabía quien me las daría. Carlisle.





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